Primeros Auxilios
Actúa rápido en caso de accidente
Los gatos tienen accidentes, pueden ser atropellados por un coche o caer desde una altura considerable y quedar inconscientes o en estado de shock. Si encuentras un gato herido, examina sus lesiones y, si te ves capaz, administra los primeros auxilios, ya sea para ponerlo más cómodo o en un intento de salvar su vida. Llévalo al veterinario lo antes posible. Si el gato está conmocionado, le notarás frío y con el pulso rápido, mantenlo caliente envolviéndolo en una manta. Los primeros auxilios son un primer paso antes de acudir al veterinario.
Si encuentras un gato inconsciente, lo primero que debes hacer es ponerlo a salvo y llevarlo al veterinario. Pon una manta como camilla, extiéndela y coloca al gato sobre ella.
Con ayuda de otra persona levanta cuidadosamente la manta y déjala sobre una superficie plana y segura. Si el gato respira con dificultad, ponlo de lado con la cabeza inclinada hacia atrás y ábrele la boca para tirarle un poco de la lengua. Luego límpiale la boca de mocos con una torunda de algodón.
No dejes tendido el gato del mismo lado durante más de cinco o diez minutos, ni le des nada por la boca. Para llevar el gato al veterinario, alza la manta e introdúcela en una caja de cartón.
Si intentas ayudar a un gato que probablemente tenga una pata rota, debes tratarlo con gran cuidado. No pruebes de entablillársela, ya que podrías hacerle aún más daño. Coloca el gato sobre una manta, de modo que el miembro roto quede encima. Procura que el animal no lo pueda mover. Pon el gato en una cesta adecuada y llévalo al veterinario.
Si un gato se ha cortado y sangra, pero la herida no es profunda, probablemente puedes curarle tú mismo. Limpia la herida con un algodón humedecido, corta el pelo enmarañado y aplica al corte un antiséptico suave. La vaselina, aplicada a los bordes de la herida, impide que caigan pelos en ella. Si tu gato sangra mucho cubre la herida con una compresa de gasa empapada en agua fría y haz algo de presión para detener la hemorragia. Si la hemorragia no cesa, asegura la compresa con un vendaje y coloca encima otra compresa de gasa. Para reforzar el vendaje, pon otro alrededor de la segunda compresa. Si la hemorragia es seria y no cesa, lleva el gato al veterinario lo antes posible.
Un gato al que se permita salir, puede volver a casa con arañazos y cortes recibidos en riñas con otros gatos. Puede presentarse desgreñado, con trozos de piel arrancados y arañazos en los párpados y las orejas. Generalmente, esas heridas son sólo superficiales y no requieren atención veterinaria. Uno mismo puede limpiar arañazos de poca importancia, por ejemplo, con un antiséptico suave. Si una herida se infecta, también puede tratarse en casa, pero si se forma un absceso, hay que acudir al veterinario. Una hemorragia intensa debe ser tratada enseguida.
Si un gato ingiere una substancia tóxica, normalmente la vomitará, en ocasiones el gato puede digerir el veneno. Actúa con rapidez si el gato presenta síntomas de intoxicación. Si un gato tiene la piel contaminada, puede intentar limpiársela a lengüetazos, con lo que, ingerirá el veneno. Quítale la substancia tóxica con champú diluido. Si eso no basta, lleva el gato al veterinario con una muestra del veneno. No intentes provocarle el vómito. Si tu gato se ha intoxicado, probablemente sufrirá un colapso. Contacta con el veterinario, que necesitará saber el tipo de veneno tragado por el animal.
Abajo tienes una tabla que indica algunas de las substancias que son tóxicas para un gato. Si tu gato traga una de ellas, es preciso el tratamiento veterinario. Ciertas substancias pueden ser fatales para un gato.
También hay muchas plantas que son tóxicas para los gatos y que en caso de ser ingeridas hay que tomar medidas rápidamente visitando las urgencias veterinarias. Son tóxicas la azalea, caladio, eléboro negro, clemátide, delphinium, dieffenbachia, hiedra, lupinus, muérdago, adelfa, costilla de adán, poinsettia, laurel cerezo, rododendro, solano y guisante de olor.
Un gato picado por una abeja o avispa puede sentir malestar. La zona de la picadura se hinchará, y el gato puede parecer inquieto y tener disnea. Busca una zona roja e hinchada que parezca una herida por astilla. Si hay un aguijón, trata de extraerlo con unas pinzas. Caso de no poder, pide consejo al veterinario.
Si un gato es picado por un escorpión o alacrán, se debe limpiar y desinfectar la zona de la lesión, poner compresas de agua muy fría encima para calmar el dolor y reducir la inflamación y la absorción del veneno. Se pueden utilizar si se dispone de ellos, sistemas de succión para picaduras de arañas, serpientes y alacranes o algunos remedios homeopáticos para picaduras de insectos, como el 103 de Gliser. Hay que trasladar al animal con urgencia a un centro veterinario donde le administren un antídoto, antihistamínicos o corticoides para posibles reacciones alérgicas, y que pongan medios de ayuda para casos más graves, como por ejemplo oxígeno, si hay problemas respiratorios.
Si un gato ha sido mordido por otro y la herida no se cura, puede formarse un absceso. La herida se infectará, hinchándose al cabo de unos días. Corta con cuidado el pelo que rodea la zona hinchada. Pide a alguien que sujete al gato mientras tanto. Baña la zona con una solución preparada con una cucharilla de té llena de sal disuelta en un vaso de agua. Bañado por espacio de 24 horas, el absceso debiera reventar. Limpia la zona y vigila que el absceso no se forme de nuevo. Si el absceso es muy grande y tú no puedes tratarlo, pide al veterinario que se lo cure.
Si tu gato se ha quemado o tiene una escaldadura, quizá por acercarse a un fuego o caerle encima agua hirviendo, tienes que llevarlo con toda rapidez al veterinario. Para aliviarle el dolor, aplica a la escaldadura un algodón empapado en agua fría. Aplica a la herida una bolsa con cubitos de hielo. No pongas pomada ni mantequilla en la herida. Pon vaselina en la herida. No cubras ésta ni cortes el pelo que la rodea. Si el gato se ha quemado con algún accesorio eléctrico, acude también enseguida al veterinario. Quemaduras graves de este tipo pueden causar un fallo cardíaco.
Si el tiempo es muy frío, el gato puede padecer congelación e hipotermia. En tal caso es esencial la atención veterinaria, ya que el frío podría dejar al gato en estado de shock. El animal quedará frío y rígido con lo que parecen “quemaduras” en las extremidades. Si un gato padece congelación, baña la parte afectada en agua no muy caliente. Las zonas más afectadas suelen ser las orejas, las patas y la cola. Después, manteniéndolo caliente, lleva el gato al veterinario. La hipotermia puede acabar en la muerte. Envuelve al gato en mantas, para que no pierda calor, y pide consejo al veterinario.
Tabla de substancias tóxicas para el gato